Pécresse cabalga la fina línea entre Macron y Le Pen sobre Europa

Valérie Pécresse, la candidata de la derecha de Les Républicains en las elecciones francesas, ha presentado su visión «patriótica y europea» de Europa. Coquetea entre la presentada por el «todavía no candidato» Emmanuel Macron y la líder de extrema derecha Marine Le Pen. EURACTIV Francia informa.

La inmigración es, como era de esperar, el tema favorito de Pécresse cuando se trata de la UE.

Si es elegida, la candidata de derechas presionará para que se renegocien acuerdos europeos clave, como el de Schengen, y para que se acelere la contratación de 10.000 guardias de fronteras adicionales para Frontex, la agencia de fronteras de la UE. Recientemente, la candidata criticó las fronteras de la UE, que parecen un colador, durante una visita a un campamento de inmigrantes en Grecia.

Pécresse también pidió que se detengan los procedimientos de ampliación de la UE, destacando a Turquía como prioridad. Según ella, esto permitiría «la ayuda de preadhesión [to be redeployed] a otras prioridades europeas», como su propuesta de poner en marcha un «Plan Marshall europeo» para África, que, según ella, ayudaría a desarrollar la economía del continente y limitaría así los movimientos migratorios.

Si Pécresse fuera elegida y, por lo tanto, ocupara la presidencia del Consejo de la UE durante los dos meses restantes después de Macron, renegociaría la llamada directiva de «retornos» de la UE para que permita la deportación automática de los inmigrantes ilegales a su país de origen.

La candidata de la derecha también criticó el sistema actual, que permite la salida voluntaria del espacio Schengen.

Medio ambiente, industria y tecnología digital

Europa debe ser líder en la lucha contra el calentamiento global, ya que es necesario «proseguir y amplificar la política del Green Deal», argumentó Pécresse en un artículo publicado por Le Monde.

Mientras que la candidata pidió que se reconociera la energía nuclear como una «actividad económica sostenible que puede beneficiarse de la financiación verde», calificó el Mecanismo de Ajuste en la Frontera del Carbono (CBAM) como «una barrera ecológica en nuestras fronteras».

Pécresse ha manifestado en varias ocasiones su apoyo a la industria, afirmando su compromiso de coordinar las políticas relativas a la investigación y las industrias farmacéuticas tras la pandemia.

En cuanto a la revitalización de la industria europea, se mostró partidaria de promover la construcción de «grandes campeones industriales europeos» en sectores como la tecnología digital, la energía verde y los vehículos del futuro.

Para lograrlo, Pécresse propuso anular las normas anticompetitivas que obstaculizan este proceso y debilitan a las grandes empresas del continente. Por ejemplo, sugirió establecer un principio de reciprocidad en los contratos públicos europeos, lo que supondría cerrar estos mismos contratos a las empresas de los países que no aceptan empresas europeas. También dijo que se añadirá una «preferencia europea» al código de contratación pública.

Europa también está en el centro de la visión de Pécresse en materia digital.

Ha manifestado sus intenciones de perseguir el objetivo de una «nube soberana», de proteger el uso de los datos franceses y europeos, así como de imponer una cuota del 50% de productos europeos en software e infraestructuras digitales.

En cuanto a las normas comunitarias, Pécresse dijo que sueña con una Europa «que armonice las normas sociales para evitar los efectos del dumping […] que desestructuran a las personas y debilitan el proyecto europeo».

Una posición intermedia

La candidata conservadora también dijo que pretende «fortalecer Europa, no huir de ella», y denunció el riesgo de un «retroceso nacional» en los discursos de los euroescépticos.

En este punto, sin embargo, está caminando por una línea muy fina, dado que lleva varios meses diciendo que quiere restablecer parte de la primacía del derecho nacional sobre el europeo: Pécresse ha dicho anteriormente que si el derecho de la UE resultara incompatible con sus proyectos políticos, no dudaría en invocar la «identidad constitucional» de Francia ante los tribunales de la UE.

Ante las diferencias en las contribuciones de los Estados miembros al presupuesto común de la UE, la candidata ha dicho que también iniciará una «renegociación de las rebajas financieras», ya que éstas ya no serían necesarias tras el Brexit.

De forma bastante inusual, Pécresse prometió mantener la deuda pública por debajo del 3% del PIB, mientras que la mayoría de los candidatos presidenciales son partidarios de una gestión de los fondos públicos que siga los criterios de Maastricht de forma menos estricta. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, calificó recientemente los criterios de «obsoletos».

El programa de Pécresse parece tener dificultades para distinguirse del de Macron, sobre todo enLa reindustrialización, el impuesto sobre el carbono y la reforma de Schengen.

En consecuencia, el candidato parece mantener un discurso menos típico de la derecha moderada y más acorde con la derecha radical, especialmente en lo que respecta a la inmigración y la primacía del derecho europeo.

Sin embargo, en lo que respecta a las normas presupuestarias y a la necesidad de reforzar Europa a través de la economía, la candidata está más en sintonía con su base y con el electorado de la derecha conservadora y europea.

En las cuestiones europeas, Pécresse tiene pues mucho menos margen de maniobra que los «nacionalistas» o «federalistas» de la carrera de los que dice distinguirse. Su búsqueda de una posición media o de equilibrio corre el riesgo de dificultar aún más su identificación con los votantes.