La Armada tunecina ha rescatado a 163 inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, frente a la costa oriental del país, según informó el domingo (6 de febrero) el Ministerio de Defensa.
«En el marco de una operación conjunta con los guardacostas, una unidad naval rescató el sábado a 163 emigrantes ilegales», declaró el ministerio, añadiendo que 162 eran tunecinos y uno marroquí.
Dijo que nueve mujeres y 16 niños fueron encontrados a bordo de la embarcación a 12 kilómetros (7,5 millas) de la costa de Sfax – una zona de salida clave para los migrantes que tratan de hacer su camino a las costas europeas, por lo general en Italia.
Los pasajeros tenían al parecer entre ocho y 48 años, según el ministerio, y partieron durante la noche del viernes al sábado «con el objetivo de cruzar subrepticiamente las fronteras marítimas» hacia Europa.
Los migrantes fueron llevados al puerto pesquero de Sfax, donde fueron entregados a los guardacostas.
Situado a unos 200 kilómetros (124 millas) de la isla italiana de Sicilia, Túnez ha visto su economía asolada por la pandemia del coronavirus y se vio sumido en una profunda crisis política después de que el presidente Kais Saied se hiciera con los principales poderes el pasado mes de julio.
Tanto Túnez como la vecina Libia han servido de plataforma de lanzamiento para los migrantes que intentan desesperadamente llegar a Europa.
Según los grupos humanitarios, la ruta del Mediterráneo Central se ha convertido en la ruta migratoria más mortífera del mundo.
Las salidas aumentaron rápidamente en 2021, con casi 55.000 migrantes que llegaron a Italia en los primeros 10 meses del año, en comparación con menos de 30.000 el año anterior, según Roma.
El Foro Tunecino para los Derechos Económicos y Sociales afirma que, en los tres primeros trimestres del año pasado, los guardacostas interceptaron a 19.500 migrantes durante los intentos de travesía.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados afirma que al menos 1.300 desaparecieron o se ahogaron en el mismo periodo.
En la vecina Libia, la situación es igual de difícil. Más de 30.000 fueron devueltos a Libia en 2021, donde se enfrentan a la detención en centros dirigidos por cuasi-militantes, donde abundan los informes de violencia sexual y tortura.
