Elecciones en Brasil: La victoria de Lula reactivará el acuerdo UE-Mercosur

El criticado acuerdo de libre comercio entre la UE y los cuatro países latinoamericanos del Mercosur está actualmente paralizado, pero se reactivará si el socialista Luiz Inácio Lula da Silva gana las elecciones presidenciales brasileñas del domingo (30 de octubre).

Aunque el acuerdo fue apoyado por el actual presidente brasileño Jaïr Bolsonaro, ha sido bloqueado por los países europeos debido al aumento de la deforestación en la Amazonía como consecuencia de las políticas de Bolsonaro.

Francia vetó el acuerdo en agosto de 2019, seguida de Alemania en agosto de 2020, antes de que los parlamentarios europeos votaran en contra en octubre del mismo año. Desde entonces, sus posiciones no han cambiado.

Pero con las próximas elecciones brasileñas, el acuerdo podría resucitar, especialmente si gana el rival de Bolsonaro, a menudo llamado simplemente Lula.

Un acuerdo dentro de seis meses

Reuters informó que el ex presidente (2003-2010), que se presenta a un tercer mandato, dijo que quería llegar a un acuerdo «en seis meses» si era elegido el domingo. Más o menos ha mantenido esta posición durante toda la campaña electoral.

«Ya lo dijo durante su anterior mandato: para él, Brasil pagará su deuda con la soja», dijo a EURACTIV Francia el eurodiputado de los Verdes/ALE Claude Gruffat. El ecologista admite que la llegada de Lula al poder puede acelerar el proceso de ratificación.

Gruffat viajó a Brasil a finales de julio con sus colegas Michèle Rivasi y Anna Cavazzini para denunciar los efectos devastadores del acuerdo sobre el medio ambiente y los derechos humanos.

En virtud del acuerdo UE-Mercosur, la UE exportará sus coches, ropa y medicamentos a Brasil a cambio de productos agrícolas.

Según la Comisión, «los exportadores de la UE se beneficiarán de la reducción progresiva de los aranceles, que acabará ahorrando a las empresas europeas más de 4.000 millones de euros al año».

Principales beneficios económicos

Si Lula se empeña en reactivar el proceso de negociación es por los beneficios económicos para los países del Mercosur: Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.

«Brasil quiere ser competitivo con los países ricos», dijo Gruffat. «Ellos [Brazil] esperan elevar el nivel de vida de los mandos medios de la sociedad».

«No se les puede culpar», añadió Manon Aubry, copresidenta del grupo de la izquierda en el Parlamento Europeo, contactada por EURACTIV Francia.

Admitió que «la UE, en cambio, tiene la responsabilidad de impulsar un nuevo modelo como primera potencia económica mundial».

Casi 99.000 toneladas de carne de vacuno podrían exportarse a Europa gracias a la reducción de los aranceles. Las asociaciones ecologistas condenan el desastre medioambiental y los ganaderos se quejan de la competencia desleal.

Por otro lado, Maxime Combes, economista y coordinador de la red Stop CETA-Mercosur, cree que la reelección de Bolsonaro dejaría las negociaciones estancadas: «Si es elegido, querrá ir más lejos con sus políticas pro-agronegocio, lo que provocará más deforestación.»

En estas circunstancias, Combes dijo que no veía «cómo podría avanzar la Comisión, dadas las posturas de los países europeos».

Por tanto, la victoria de Lula sería una buena noticia para la Comisión, que ha apoyado el proyecto durante 20 años. Reuters dijo que los funcionarios se acercaron al gobierno brasileño este verano para reanudar las negociaciones.

Para satisfacer las expectativas medioambientales de los líderes europeos, el ejecutivo está planeando un protocolo adicional con compromisos medioambientales suplementarios. Sin embargo, no hay nada vinculante.

La eurodiputada renovadora Marie-Pierre Vedrenne dijo a EURACTIV Francia que la Comisión está esperando al parecer el resultado de las elecciones brasileñas antes de revelar su posición.

Garantías en la industria del automóvil

Sin embargo, Lula no considera suficiente el protocolo. Según Combes, el candidato «querría también garantías sobre los aspectos industriales y la propiedad intelectual».

«No es de dominio público, pero Lula es sensible a las cuestiones relacionadas con la industria automovilística y aeronáutica. Está ligado a su historia, a sus compromisos, y no es irrelevante para la izquierda», añadió el economista.

Otro riesgo se cierne sobre la UE. Mientras Bolsonaro ha endurecido las relaciones con China, su rival socialista podría reabrir el diálogo.

Para los partidarios del acuerdo, una rápida ratificación evitaría arrojar a Brasil a los brazos de China.

En esencia, esto es lo que ha dicho el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, que ha pedido a los Estados miembros queacelerar el proceso antes de que «intervengan otros actores».

Francia se mantiene en su posición

Si ambas partes están de acuerdo, el documento aún debe ser validado por todos los Estados miembros, lo que podría llevar algún tiempo.

Para acelerar el proceso, la Comisión podría dividir el acuerdo aislando la sección comercial, que es competencia exclusiva de la UE, evitando así la participación de los parlamentos nacionales. El texto sólo sería validado por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE por mayoría cualificada.

Los sindicatos y asociaciones de agricultores que se oponen al tratado han criticado esta opción por considerarla «antidemocrática».

No obstante, la maniobra es legal si la Comisión cuenta con el acuerdo unánime de los Estados miembros.

El acuerdo se suspende hasta después de las elecciones

Mientras tanto, la reanudación de las negociaciones está condicionada a los resultados electorales del fin de semana.

«Por el momento, es difícil predecir qué posición adoptaremos», dijo Marie-Pierre Vedrenne, un político centrista.

Aubry cree que «la elección de Lula no cambiará la posición de nuestro grupo político».

En cuanto a Gruffat, un acuerdo firmado bajo la presidencia de Lula respetará mejor los derechos de los pueblos indígenas, que han sido abusados bajo Bolsonaro.

La presidencia española de la UE en el segundo semestre de 2023 también será crucial, ya que Madrid mantiene estrechos lazos con América Latina y podría jugar un papel clave para arrastrar el acuerdo hasta la línea de meta.