El trabajo de plataforma: La línea entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos de los trabajadores

Menno Bart es miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Mundial del Empleo-Europa; el Dr. Michael Freytag es el Director de Asuntos Públicos de la Confederación Mundial del Empleo-Europa.

La tecnología ha cambiado muchas facetas de nuestra vida, incluida la forma en que trabajamos. La digitalización y la automatización han transformado el concepto tradicional de lugar de trabajo y las personas tienen cada vez más control sobre cómo y cuándo trabajan.

En los últimos años se ha producido una proliferación masiva de plataformas digitales que permiten trabajar a las personas, desde el reparto de comida y el transporte hasta los servicios profesionales.

Este tipo de innovaciones son bienvenidas, pero su rápido ritmo puede llevar a una situación en la que las normas y los reglamentos estén desfasados. La economía de plataforma no ha sido inmune a esto y ha dado lugar a un intenso debate entre representantes laborales, funcionarios, políticos y trabajadores por igual.

Conflictos legales de gran repercusión, como aquellos sobre la clasificación de los trabajadores de Uber han atraído mucha atención de los medios de comunicación y han colocado la cuestión firmemente en la agenda política. Como resultado, no es de extrañar que la Comisión Europea haya decidido intentar resolver la actual ambigüedad legal y crear un marco para el trabajo en plataformas en toda la UE.

La publicación por parte de la Comisión de la propuesta de Directiva sobre trabajo de plataformak el pasado mes de diciembre fue acogida con satisfacción por muchos y considerada como un paso crucial para permitir una economía de plataformas sostenible. Y aunque nuestro sector apoya la iniciativa de la Comisión, hay una serie de áreas dentro de la propuesta que deben abordarse para garantizar el mejor resultado para las plataformas y los trabajadores por igual.

Como punto de partida, es importante cómo vemos y definimos el trabajo de plataforma. Muchos lo caracterizan como una nueva forma de trabajo. Sin embargo, debemos recordar que gran parte de la economía de plataforma implica simplemente la reorganización de la forma de trabajar y ya está cubierta por las normas de empleo existentes.

Por lo tanto, las plataformas ofrecen una oportunidad para fomentar diversas formas de organizar el trabajo que pueden mejorar la inclusión social y permitir que más personas aporten sus talentos al mercado laboral.

Una de las cuestiones clave de la propuesta de la Comisión gira en torno a la clasificación de los trabajadores. Según la Comisióncerca de 5,5 millones de personas están actualmente mal clasificadas. Sin embargo, la solución no es una presunción única de empleo. La diversidad dentro de la economía de plataforma merece un enfoque considerado y flexible para clasificar el trabajo. De lo contrario, los verdaderos trabajadores autónomos se verán castigados innecesariamente.

La creación de condiciones equitativas entre las plataformas es un objetivo bienvenido de la propuesta, sin embargo, debemos garantizar que los proveedores de soluciones de trabajo flexible, como la industria de servicios de empleo privado, puedan seguir ofreciendo una vía flexible para los trabajadores cuyas necesidades están fuera del concepto tradicional de trabajo.

Durante una reciente mesa redonda del Parlamento Europeo con la eurodiputada Elisabetta Gualmini, los participantes destacaron la necesidad de una regulación equilibrada de las plataformas laborales digitales. Este marco permitiría el desarrollo de la economía de las plataformas al tiempo que garantizaría la protección social de las personas que trabajan y prestan servicios a través de ellas. Si bien hubo consenso en que los algoritmos y la toma de decisiones automatizada desempeñan un papel importante en el trabajo intermediado por las plataformas laborales digitales, también se señaló que deben tenerse en cuenta las normas correspondientes en la próxima Ley de IA de la UE y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) para garantizar la coherencia entre los marcos normativos. Se hizo hincapié en que la creación de unas condiciones equitativas añadiría valor tanto a los servicios de empleo privados tradicionales como a las plataformas digitales, garantizando al mismo tiempo que los propios trabajadores se beneficien.

El debate sobre cómo debe regularse el trabajo en plataformas en Europa se intensificará con el informe de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales (EMPL) del Parlamento Europeo, que se espera para mayo, y la posición completa del Parlamento Europeo, que se adoptará a finales de año. Es crucial que lo hagamos bien para lograr un equilibrio entre la innovación y la garantía de una protección adecuada para los trabajadores que intentan navegar por un mercado laboral cada vez más complejo y cambiante.

El trabajo de plataforma es más que un concierto y tenemos la oportunidad de crear un mercado laboral innovador impulsado por las nuevas tecnologías que también garantice resultados justos para los trabajadores.