El húngaro Orban inicia la campaña de reelección

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, inició el sábado (12 de febrero) su campaña de reelección, promocionando la labor de su gobierno y advirtiendo de la llegada de refugiados desde Ucrania si estalla la guerra.

El líder nacionalista, que lleva en el poder desde 2010, quiere ganar un cuarto mandato consecutivo cuando los húngaros voten el 3 de abril en lo que se perfila como su contienda más reñida hasta el momento, con seis partidos de la oposición uniendo fuerzas en un intento por desbancarle.

Los críticos han criticado al gobierno de Orbán por tomar medidas drásticas contra la libertad de los medios de comunicación y la sociedad civil y por fomentar la discriminación, incluida una ley aprobada el año pasado contra la comunidad LGBTQ.

El país centroeuropeo de 9,8 millones de habitantes también ha sido testigo de una de las tasas de mortalidad más altas de la pandemia de coronavirus, según datos de AFP.

«Estamos saliendo más fuertes de la crisis actual de lo que hemos entrado en ella», dijo Orbán, de 58 años, en un discurso nacional.

Acusó a la oposición de «grave irresponsabilidad» al tachar a su Gobierno de «dictadura» y dijo que, de ser elegidos, gestionarán mal el país.

«No sólo el virus sino también la izquierda ha atacado a Hungría», dijo.

Peter Marki-Zay, el candidato de la oposición a primer ministro, criticó en un post en Facebook el discurso de Orbán como lleno de «retórica vacía, imágenes confusas y juegos de palabras».

Orbán también advirtió de la llegada de «cientos de miles, o incluso millones» de refugiados desde Ucrania, que comparte una pequeña frontera terrestre con Hungría, en caso de que estalle la guerra.

Rusia ha estado acumulando tropas cerca de la frontera de Ucrania, lo que hace temer una invasión.

«El conflicto Rusia-Ucrania es urgente. El interés de Hungría: la guerra debe evitarse ante todo», dijo.

Orbán se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin en el Kremlin el 1 de febrero, prometiendo cooperación con Moscú durante años, en un viaje criticado por sus aliados de la UE y la oposición húngara.

El líder húngaro mantiene relaciones amistosas con Putin, pero ha presidido el deterioro de los lazos con Bruselas.

Hungría, que entró en la OTAN en 1999 y en la Unión Europea en 2004, no se ha hecho eco de la alarma general de la UE por el aumento de tropas de Rusia cerca de Ucrania.

El ministro de Defensa húngaro, Tibor Benko, dijo a principios de este mes que los líderes deberían alejarse de la «retórica de la Guerra Fría» y que no había «ninguna necesidad de que 1.000 soldados de la OTAN vinieran a Hungría y estuvieran estacionados aquí permanentemente».

La OTAN está tratando de reforzar su flanco oriental con el envío de tropas y equipos aliados adicionales a Bulgaria, Polonia y Rumanía.