Un destacado eurodiputado impulsa una mayor protección del empleo en la directiva sobre trabajadores de plataformas

La legisladora de centro-izquierda Elisabetta Gualmini ha ampliado significativamente las disposiciones para que los trabajadores de plataformas soliciten el estatus de empleados y la revisión humana de la gestión de algoritmos en su proyecto de informe.

En diciembre, la Comisión Europea propuso una directiva para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de las plataformas, el primer intento legislativo para regular un mercado creciente pero aún virgen. El ejecutivo de la UE estimó que 28 millones de personas trabajan actualmente en la economía colaborativa en Europa, una cifra que alcanzará los 43 millones en 2025.

En su proyecto de informe, que se publicará el martes (10 de mayo), Gualmini, ponente del Parlamento Europeo, introdujo cambios significativos en el texto para introducir una protección más sólida de los trabajadores y obligaciones más estrictas en la toma de decisiones automatizadas integradas en el lugar de trabajo.

«No son medidas punitivas contra las plataformas. No decimos que la economía de las plataformas deba ser sobrerregulada y castigada. Damos la bienvenida a la innovación en el lugar de trabajo, siempre que no vaya en detrimento de los derechos de los trabajadores», dijo Gualmini a EURACTIV.

Presunción refutable

En el centro de la propuesta de la Comisión está la llamada presunción refutable de empleo, una disposición que haría que los trabajadores se clasificaran automáticamente como empleados a menos que la plataforma demostrara lo contrario. El planteamiento original era que esta presunción legal se activaría si un trabajador cumplía dos de los cinco criterios.

Los criterios de la Comisión incluían la determinación de la remuneración máxima, las normas obligatorias de apariencia, como el uniforme, la supervisión del rendimiento por medios electrónicos, la restricción de la libertad de organizar el propio trabajo, por ejemplo, en términos de horas de trabajo, y la limitación de la posibilidad de trabajar por cuenta ajena o de construir una base de clientes autónoma.

Gualmini adoptó un enfoque muy diferente, ampliando significativamente los criterios a 11 y trasladándolos al preámbulo del texto, que no es vinculante. La idea es que los criterios proporcionen una lista no exhaustiva de elementos a los que las autoridades competentes puedan referirse a la hora de evaluar la situación laboral.

«Estos criterios corren el riesgo de no ser exhaustivos. El mundo de la economía de plataforma es tan variado y amplio que es muy difícil forzarlo dentro de cinco criterios», explicó. En la propuesta de Gualmini, la presunción legal funcionaría de forma muy diferente.

Las plataformas tendrán que declarar los contratos de sus trabajadores ante el organismo de seguridad social correspondiente. En el caso de que los contratos declarados sean por cuenta propia, el organismo de seguridad social tendrá que verificarlos con la presunción de empleo. No se trata de comprobarlo para cada trabajador, sino de evaluar la naturaleza real del contrato.

Estas obligaciones de transparencia también pretenden dar a los países de la UE datos sobre cuántas personas trabajan para las plataformas y con qué tipo de contrato. Estos datos son útiles para que los Estados miembros se hagan una idea de cómo operan las plataformas y para atajar el fraude fiscal.

Del mismo modo, los inspectores de trabajo también tendrán que volver a comprobar la naturaleza de la relación laboral cuando realicen sus controles. En consecuencia, el inicio de un litigio sería el último recurso y, además, en ese caso se aplicaría la presunción iuris tantum.

«Reforzamos en gran medida la idea de tener a los trabajadores clasificados con el estatus laboral correcto para evitar incurrir en clasificaciones erróneas que se encuentran en los procedimientos judiciales de toda Europa», subrayó Gualmini.

Hace dos semanas, la plataforma de reparto de comida Deliveroo perdió un caso judicial histórico en Francia por «ocultación sistemática» del estatus de los trabajadores. Sin embargo, los casos judiciales han llevado a resultados contradictorios, ya que la misma empresa ganó un proceso judicial similar en Bélgica hace unos meses.

Gestión de algoritmos & derechos de los trabajadores

El proyecto de informe afirma que un humano debe seguir siendo siempre el responsable último de la toma de decisiones en todos los aspectos esenciales de la vida profesional. Por lo tanto, los algoritmos no deben poder decidir por sí solos el despido de los trabajadores o la organización de su horario de trabajo.

De forma crítica, el ponente quiere extender esta obligación de revisión humana a todos los trabajadores que tengan que interactuar con algoritmos en su entorno laboral sin tratar con una plataforma. Por ejemplo, ese sería el caso de los trabajadores de los almacenes de Amazon, que son supervisados e instruidos constantemente por herramientas potenciadas por la IA.

Todos los elementos del algoritmo para evaluar el rendimiento de los trabajadores podrían ser objeto de negociación colectiva. Por ejemplo, los trabajadores podrían impugnar la forma en que las herramientas automatizadas evalúan el tiempo para completar una entrega.

El proyecto de informe menciona el fomento de unaEl diálogo entre los trabajadores y las plataformas y la habilitación de los trabajadores para que se comuniquen libremente entre ellos, una medida destinada a permitir su sindicalización.

También se ha añadido una medida sobre la subcontratación para evitar que las plataformas eludan la directiva.

Lo que sigue

El proyecto de informe será la base de los debates parlamentarios en la comisión de empleo y asuntos sociales.

La cuestión es hasta qué punto los diputados conservadores aceptarán las propuestas de Gualmini. Para el ponente, existe un clima positivo que se asemeja al informe de iniciativa que el Parlamento aprobó con una amplísima mayoría el pasado mes de septiembre.

Sin embargo, según un correo electrónico interno visto por EURACTIV, los eurodiputados conservadores Aldo Patriciello y Miriam Lexmann advirtieron a sus compañeros de partido del peligro de «eliminar todas las ventajas que ofrece este nuevo modelo, como la independencia y la flexibilidad para los trabajadores.»