Málaga mira las sinergias público-privadas para resurgir de la pandemia

La colaboración público-privada contribuye a la supervivencia y al éxito de la gastronomía, el turismo y la cultura en Málaga, según declararon los agentes locales al socio de EURACTIV, EFE.

Fruto de esta cooperación, por ejemplo, en el caso de la gastronomía, nacen campañas de promoción para reforzar su marca, perfilarla como una apuesta por la calidad y la excelencia, y poner en valor los productos locales.

Pero para que el engranaje del sector funcione son necesarias verdaderas sinergias entre empresarios, productores y administración, que se unen y alimentan mutuamente para contribuir a la calidad del turismo en la ciudad.

Prueba de ello es el Foro de Turismo promovido por el Ayuntamiento de Málaga, un punto de encuentro de los agentes implicados en el sector (propietarios de locales, administración pública, representantes del puerto o del aeropuerto, etc.) para coordinarse y dar respuesta a los objetivos de la demanda turística, y a los retos.

Así, otro de los elementos de la ecuación es la calidad de la oferta turística de una ciudad en la que «se puede pasear por los siglos desde hace 3.000 años hasta el siglo XXI», señaló Mercedes Espiner, guía de la Asociación de Guías Profesionales de Málaga Cultural, al tiempo que describió la «cantidad de culturas impresionantes» que han dejado su huella en la ciudad actual.

En Málaga, «la gastronomía, las calles estrechas, los bares y las tabernas» se complementan con el teatro romano, la Alcazaba, la catedral, el puerto, el Museo Picasso o la emblemática calle Larios.

«Si todos nos vemos como un equipo que trabaja en conjunto, entonces avanzamos», dijo Espiner.

La última pieza que completa el engranaje son los comercios que han tenido que reinventarse para afrontar las consecuencias de la crisis a pesar de su papel fundamental en la ciudad.

Como prácticamente todos los sectores, «aún no ha llegado al 100%», dijo a EFE la gerente de la asociación de comerciantes del Centro Histórico de Málaga, Centro Comercial Abierto, Fuensanta Villalobos.

No obstante, ha señalado que la COVID-19 obligó a los comercios a digitalizarse, y ahora es una tendencia que ya empieza a consolidarse, gracias también a las ayudas recibidas de las administraciones.

Gracias a esta sinergia entre actores, su recuperación también es posible: «En el Centro Histórico, todos nos alimentamos porque tenemos muchos convenios firmados con los hosteleros, nos reunimos con los vecinos y con los guías turísticos», señaló Villalobos.

El resultado, explicó Espiner, es una ciudad que tiene «mucha historia en muy pocos metros», que evoluciona, junto a sus comercios y establecimientos hosteleros, para ofrecer la mejor faceta de una Málaga renovada, pero con la esencia de siempre.

2022: un año de «transición

Por su parte, Javier Frutos, presidente de Mahos, la asociación de hosteleros de Málaga, ha dicho en una entrevista con EFE que 2022 puede considerarse un año de transición para la ciudad mediterránea española.

Para recuperar su condición de destino de referencia nacional e internacional antes de la pandemia, dijo que la ciudad debe ajustarse a las nuevas tendencias derivadas de la pandemia que requieren cambios en los hábitos de consumo de visitantes y locales y en los negocios y establecimientos de la ciudad.

«Ahora mismo estamos en transición. Creo que 2022, psicológicamente para el cliente y económicamente para nuestro sector, va a ser ese año de transición», dijo Frutos.

Lo que dicen las cifras, explicó Frutos es que, en cuanto a «la proyección de la hostelería, las perspectivas son buenas.»

Aunque antes del estallido de la pandemia, se esperaba que 2020 fuera «un año magnífico para Málaga por la cantidad de eventos que estaba teniendo.» Y aunque toda Europa está casi recuperando cierta normalidad, «será difícil igualar esas perspectivas» en 2022.

Una de las formas en las que la pandemia ha afectado al sector turístico y gastronómico son los hábitos de los consumidores que, tras dos años de encierro y cierres, optan cada vez más por la «inmediatez»: «Las vacaciones ya no se planifican con tanta antelación», explica Frutos, lo que dificulta las previsiones.

Otra tendencia que la pandemia deja en la hostelería malagueña, según Frutos, es, sin embargo, el hábito de hacer reservas, una costumbre que se hace necesaria debido a las restricciones de capacidad de la pandemia y que ahora beneficia a los propietarios de los establecimientos e indica «una transición en el propio cliente a la hora de consumir.»

Sin embargo, a pesar de la evolución del sector que ha tratado de sobrevivir a la crisis en los dos últimos años, «la esencia de la hostelería malagueña y andaluza no se puede perder», dijo.

«Somos gente que necesitamucha cercanía por nuestro carácter. Eso también lo aportaron las barras, que en definitiva fueron un ejemplo del tipo de vida que llevamos y de nuestra forma de ser», dijo el presidente de Mahos.