La OTAN refuerza el flanco oriental mientras aumenta el temor por la crisis de Ucrania

La OTAN dijo el lunes (24 de enero) que estaba enviando aviones y barcos para reforzar su flanco oriental europeo, mientras Estados Unidos y la UE buscaban coordinar una respuesta dura a Rusia si invade Ucrania.

Las tensiones se han disparado por el despliegue por parte de Rusia de unos 100.000 soldados y blindados pesados en las fronteras de su país vecino, a pesar de que el Kremlin insiste en que no está planeando una nueva incursión casi ocho años después de haber tomado Crimea.

Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia ordenaron a las familias de los diplomáticos que abandonaran Kiev, mientras que Francia dijo a sus ciudadanos que evitaran los viajes no esenciales a Ucrania.

Tanto Kiev como el jefe de la política exterior de la Unión Europea dijeron que cualquier retirada del personal diplomático parecía prematura, en medio de las dudas sobre la inminencia de cualquier ataque.

Sin embargo, las tensiones contribuyeron a que los mercados mundiales sufrieran una fuerte caída, con el mercado de valores de Rusia desplomándose y su banco central suspendiendo la compra de divisas tras el desplome del rublo.

Tropas ‘en espera’

«El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la Alianza continuará tomando todas las medidas necesarias para proteger y defender a todos los aliados, al tiempo que dijo que sus miembros estaban colocando tropas «en espera» y enviando barcos y aviones para reforzar las defensas de Europa del Este en respuesta a la acumulación rusa.

Dinamarca va a enviar una fragata al Mar Báltico y va a desplegar cuatro cazas F-16 en Lituania para apoyar la misión de policía aérea que la OTAN lleva a cabo desde hace tiempo en la región. España está enviando barcos para unirse a las fuerzas navales de la OTAN y está considerando el envío de aviones de combate a Bulgaria. Francia ha expresado su disposición a enviar tropas a Rumanía bajo el mando de la OTAN.

Los Países Bajos van a enviar dos aviones de combate F-35 a Bulgaria a partir de abril y están poniendo a disposición de la Fuerza de Respuesta de la OTAN unidades navales y terrestres. Estados Unidos también ha dejado claro que está considerando aumentar la presencia militar en la parte oriental de la Alianza.

El Kremlin acusó a la Alianza de aumentar las tensiones mediante «histeria informativa» y «acciones concretas», afirmando que el riesgo de una ofensiva de las tropas ucranianas que luchan contra los separatistas apoyados por Rusia en el este del país era «muy alto».

El máximo responsable de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, acudió a una reunión de sus homólogos de la UE en Bruselas para informarles de su encuentro del viernes con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en el que ambas partes no lograron ningún avance, pero acordaron seguir hablando.

«Las nociones de ‘esfera de influencia’ no tienen cabida en el siglo XXI… cualquier nueva agresión militar de Rusia sobre Ucrania tendrá consecuencias masivas y graves costes», dijeron los ministros de la UE en un declaración, sin dar detalles sobre las «consecuencias».

La Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, propuso un paquete de ayuda financiera de 1.200 millones de euros para Ucrania, pero hay diferencias entre los Estados miembros de la UE sobre el grado de dureza con Rusia.

El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, sugirió que Rusia quería «dividir a Occidente» y que la UE no podía permitirse estar dividida.

Sanciones ‘nunca vistas’

El canciller alemán, Olaf Scholz, ha instado a Europa y a Estados Unidos a que se lo piensen bien a la hora de imponer sanciones y algunos políticos europeos, y el ministro de Asuntos Exteriores austriaco, Alexander Schallenberg, subrayaron la gran dependencia de la UE del gas ruso.

Preguntado por las posibles sanciones al gasoducto Nord Stream 2 de Rusia a Alemania, que aún debe obtener la aprobación reglamentaria, Schallenberg dijo que sancionar algo que aún no está operativo no era una amenaza creíble.

Otra posible sanción sería cortar a Rusia del sistema de mensajería global SWIFT, pero la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, dijo que blandir el «palo más duro» puede no ser siempre la mejor manera de lidiar con una situación así.

Dinamarca dijo que la UE estaría dispuesta a imponer sanciones económicas «nunca vistas» a Rusia.

«Rusia debe saber, (el presidente Vladimir) Putin debe saber que el precio de usar provocaciones y fuerzas militares para cambiar las fronteras en Europa será muy, muy alto… Estamos dispuestos a emprender las sanciones más severas, también más severas que en 2014», dijo el ministro de Asuntos Exteriores danés, Jeppe Kofod, a los periodistas.

Se negó a decir qué sectoressería el objetivo.

La UE, junto con Estados Unidos, impuso sanciones económicas a Moscú dirigidas a sus sectores energético, bancario y de defensa después de que Rusia se anexionara la península de Crimea en 2014.

Gran Bretaña, que abandonará la UE a finales de 2020, intensificó la retórica con Moscú durante el fin de semana al alegar que tenía información de que el Kremlin buscaba instalar a un líder «prorruso» en Kiev.

Y el lunes, el primer ministro Boris Johnson advirtió a Rusia de que una invasión podría convertirse en una «nueva Chechenia», en referencia al sangriento conflicto que protagonizó Moscú en la década de 1990 por ese territorio.

Por su parte, Irlanda, que no es miembro de la OTAN, dio la voz de alarma sobre las próximas maniobras militares rusas frente a su costa suroccidental, en aguas internacionales del Atlántico.