¿La democracia de quién? El tumultuoso camino hacia la participación cívica efectiva

Consultar a los ciudadanos sobre las decisiones que les afectan, como la de decidir en qué se gasta el dinero que a menudo sale de sus carteras, se considera una forma de aumentar la confianza y la responsabilidad en todos los niveles de gobierno.

Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que la gente conozca estas oportunidades de participar en la toma de decisiones sin presentarse a las elecciones? Por otro lado, ¿quién tiene que rendir cuentas cuando las decisiones tomadas por ciudadanos no elegidos son erróneas?

La democracia participativa puede aumentar la transparencia en la toma de decisiones, pero los dirigentes deben estar dispuestos a compartir el poder con sus ciudadanos y poner en marcha herramientas eficaces de codecisión.

Esto está demostrando ser una tarea difícil, ya que pasamos de los distritos urbanos al compromiso cívico a nivel de la UE.

Mientras tanto, los ejercicios participativos existentes muestran que la falta de información en torno a ellos y la desigual representación de los ciudadanos pueden limitar el impacto de la participación cívica, y podrían acabar minando la confianza de los ciudadanos.

EURACTIV lo analiza en este informe especial.