El Parlamento Europeo pedirá cambios a nivel nacional y de la UE en relación con los programas espía

El Comité Pegasus sobre programas espía del Parlamento Europeo adoptará una serie de recomendaciones para hacer frente a las «deficiencias fundamentales» de la UE en la lucha contra los programas espía. tecnología de vigilancia.

En proyecto de recomendaciones se presentaron el martes (24 de enero) en el comité Pegasus (PEGA), creado en 2022 para investigar el uso indebido de programas espía por parte de los gobiernos de la UE.

El texto es la continuación de un documento publicado por la eurodiputada Sophie In ‘t Veld en noviembre, en el que se repasaban los trabajos de la comisión hasta la fecha. In ‘t Veld explicó a EURACTIV que, debido a limitaciones de procedimiento, el documento se dividió en un informe y recomendaciones, y que los elementos del texto original que tuvieron que eliminarse se añadirán de nuevo mediante enmiendas.

Las recomendaciones, publicadas a principios de este mes, recogen las respuestas propuestas por el legislador al escándalo a nivel europeo y nacional, con recomendaciones específicas para Polonia, Hungría, Grecia, España y Chipre.

Se espera que tanto el proyecto de recomendaciones como el informe sean votados por la comisión a finales de abril.

Recomendaciones nacionales

En las recomendaciones se señala a cinco países, con propuestas específicas para mejorar lo que se considera que son sus abusos especialmente graves en materia de programas espía.

En Polonia y Hungría, las recomendaciones señalan que deben restablecerse las salvaguardias institucionales y los mecanismos de supervisión, garantizarse su independencia e invitar a Europol a investigar las presuntas violaciones.

En Polonia, el documento también señala que los jueces deben ser asignados aleatoriamente a los casos para evitar la selección de aquellos «amigos» de los servicios de inteligencia.

En Grecia, donde el escándalo de las escuchas telefónicas ha provocado una amplia agitación política, se recomienda que se permita a las autoridades investigar libremente las supuestas incidencias de vigilancia y que se dé marcha atrás en una medida adoptada en 2019 para poner los servicios de inteligencia del país bajo el control directo del primer ministro.

España, que ha sido objeto de escrutinio pero aún no ha sido visitada por una delegación de la comisión parlamentaria, fue declarada conforme con los tratados fundamentales de la UE y las sentencias del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.

Aún así, se plantearon dudas sobre su aplicación y se recomendó que se aclararan los casos denunciados y se garantizaran recursos significativos para las víctimas.

Entre las recomendaciones formuladas a Chipre figuraba un llamamiento para que evaluara todas las licencias de exportación de programas espía y revocara las que carecieran de ellas, lo que afectaba a una cuestión más amplia a la que el documento concede gran importancia.

Exportaciones y cooperación internacional

En el proyecto de informe y en las recomendaciones que lo acompañan se destaca la necesidad de abordar la producción y exportación de tecnologías de vigilancia a países de fuera de la UE, y no sólo su uso por parte de los que están dentro de ella.

Las recomendaciones argumentan que la exportación de estas herramientas a gobiernos con un historial deficiente en materia de derechos humanos viola tanto los derechos fundamentales de la UE como las normas de exportación, y advierten de que la industria europea del software espía es «lucrativa y está en expansión» gracias también al mercado único de la UE.

El informe también señala a determinados Estados, como Chipre y Bulgaria, como «centros de exportación» internacionales de tecnología de vigilancia.

Por ello, se recomienda regular estrictamente el comercio de programas espía, con la adopción de una moratoria inmediata sobre su venta, adquisición, transferencia y uso dentro de la UE.

Ésta, se sugiere, podría levantarse país por país mediante el cumplimiento de criterios como la autorización judicial transparente, la definición del alcance y la duración, la protección de determinadas profesiones y la supresión a posteriori de los datos recogidos.

Las recomendaciones señalan que también deberían aplicarse mejor las normas y reglamentos existentes sobre exportación de tecnologías de doble uso, y que debería recurrirse a una mayor cooperación internacional, por ejemplo, con EE.UU. a través del Consejo de Comercio y Tecnología, para desarrollar estrategias conjuntas en materia de programas espía y construir marcos de exportación y concesión de licencias.

Silencio institucional

Las recomendaciones reiteran las duras críticas anteriores de In ‘t Veld a las instituciones de la UE por lo que ella percibe como una ausencia de acción para hacer frente a las amenazas planteadas por la compra y despliegue de programas espía.

«Ningún Estado miembro, ni el Consejo, ni la Comisión desean arrojar luz sobre el escándalo de los programas espía, protegiendo así a sabiendas a gobiernos de la Unión que violan los derechos humanos dentro y fuera de la Unión», dice el informe.

También arremete contra el ejecutivo de la UE ydiplomáticas por mala administración en su prestación de apoyo a terceros países en el desarrollo de capacidades de vigilancia, acusación recientemente reconocida por el Defensor del Pueblo de la UE.

Por último, In ‘t Veld sugirió a la Comisión que utilizara su propia caja de herramientas del Estado de Derecho, ya que el uso de programas espía es más prominente en los países donde estas salvaguardias son más débiles, y que presente una propuesta legislativa en este ámbito.