Carta abierta: La UE debe garantizar que la industria y el empleo no sean víctimas de la crisis energética

Mientras los ministros de energía de la UE se reúnen el 9 de septiembre de 2022 para debatir medidas de emergencia para mitigar los altos precios de la energía, nos sentimos obligados a expresar las preocupaciones de los trabajadores industriales ante la actual crisis del coste de la vida y la crisis industrial y de empleo que se avecina y que es cada vez más probable.

IndustriAll Europe, que representa a 7 millones de trabajadores y trabajadoras de los sectores manufacturero, minero y energético de Europa, está muy alarmada por la situación actual. Los precios del gas y la electricidad han alcanzado máximos históricos tras la invasión rusa de Ucrania. La inflación se está disparando en toda Europa, alimentada por los precios de la energía, los alimentos y los bienes esenciales, con consecuencias desastrosas para los trabajadores.

Los trabajadores experimentan una enorme reducción de sus ingresos y ven mermado su poder adquisitivo. También la industria europea está sometida a una presión creciente. Las empresas de nuestros sectores han empezado a sucumbir a los elevados costes de la energía, y muchas de ellas han tenido que reducir, pausar o detener la producción por completo.

Dada la persistencia de las tensiones geopolíticas, el reciente cese de suministro de gas a Europa por parte de Rusia y las deficiencias estructurales del mercado europeo de la electricidad, el panorama es preocupante. IndustriAll Europe ya ha comentado sobre la crisis del mercado de la electricidad y pidió una revisión de su mecanismo de fijación de precios y una mayor intervención pública.

Ahora, se ha hecho evidente que el sistema actual, que tiene al gas como combustible marginal de fijación de precios, está fallando en todas las pruebas para proporcionar suficiente electricidad descarbonizada asequible. Por el contrario, el mecanismo ha dado lugar a enormes beneficios inesperados para los productores de energía y ha alimentado la inflación.

Vemos que la crisis energética está causando graves daños a la economía de la UE, ¡y hay que ponerle fin!

Los trabajadores industriales y sus sindicatos esperan que esta semana se tomen decisiones y medidas claras para proteger la industria y los empleos industriales. Mantener la base industrial de Europa es vital para el empleo de alta calidad y para garantizar la independencia estratégica de Europa. Por lo tanto, se necesita urgentemente y está más que justificado un mayor papel de la intervención pública.

A corto plazo, necesitamos medidas para proteger el empleo y evitar el cierre de empresas. SURE, el fondo de 100.000 millones de euros que apoyó los planes nacionales de apoyo al trabajo a corto plazo con préstamos baratos a los países de la UE, debe ampliarse.

Ha demostrado su eficacia durante la pandemia, ayudando a 2,5 millones de empresas a retener a 31 millones de trabajadores en 2020, según un informe publicado el año pasado. En los casos en los que hay que rescatar a las empresas, hay que aplicar una fuerte condicionalidad social. Esto implica que las empresas que reciben ayudas públicas deben evitar los despidos y el deterioro de las condiciones laborales. También es moralmente indefendible que las ayudas públicas se canalicen hacia el pago de dividendos.

Intervención se necesita urgentemente una intervención en el mercado energético excesivamente liberal de Europa. Los topes de los precios de la energía, los topes de los beneficios y la disociación de los precios de la electricidad del gas son fundamentales.

A la luz de la crisis, Europa necesita medidas a corto plazo, pero no pensar a corto plazo. Las medidas de apoyo que se necesitan ahora deben alinearse con los objetivos a largo plazo del Green Deal europeo y ganar más independencia en el suministro energético futuro.

Por último, la UE y sus Estados miembros deben estar de nuevo a la altura del desafío, encontrar auténticas soluciones europeas y practicar la solidaridad. Hay que preservar la unidad que se formó tras la espantosa invasión de Ucrania por parte de Rusia. Ningún Estado miembro por sí solo puede hacer frente a esta crisis: los trabajadores industriales europeos exigen que se estén a la altura del desafío.