La UE planea una nueva ayuda militar para Mozambique, rico en gas, en medio de la crisis energética

La Unión Europea tiene previsto aumentar el apoyo financiero a su misión militar en Mozambique, ya que los ataques islamistas amenazan los proyectos de gas destinados a reducir la dependencia del bloque de la energía rusa.

El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, dijo el jueves (8 de septiembre) que el bloque se compromete a ayudar al país a luchar «contra el terrorismo», al presentar una nueva ayuda militar para el país un día después de un mortal ataque yihadista.

El atentado fue un «duro recordatorio de que la lucha contra el terrorismo no ha terminado, y que desgraciadamente se está extendiendo fuera de la región de Cabo Delgado», dijo Borrell a los periodistas tras mantener conversaciones sobre seguridad con el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, y la ministra de Asuntos Exteriores, Verónica Macamo, en la capital, Maputo.

El viaje de Borrell a Mozambique se produjo un día después de que una monja italiana muriera en un atentado contra un complejo misionero en la provincia de Nampula, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, que ha estado librando una insurgencia en el norte del país.

La UE aprobó el jueves una ayuda militar adicional de 15 millones de euros para apoyar la misión de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) en Mozambique (SAMIM), en la conflictiva provincia norteña de Cabo Delgado, en el marco del Fondo Europeo para la Paz del bloque, un instrumento financiero extrapresupuestario que actualmente se utiliza sobre todo para el apoyo militar a Ucrania.

El dinero proporcionará equipamiento, incluyendo fortificaciones para campamentos y vehículos, y se suma a los 89 millones de euros de ayuda previamente acordados y destinados a las fuerzas armadas mozambiqueñas, dijo la UE en un comunicado.

Los fondos se suman a los 1,9 millones de euros que la UE ya ha proporcionado al SAMIM.

Macamo describió las relaciones con la UE como «excelentes», mientras que Nyusi elogió el apoyo de la UE, incluida la creación de una base militar para entrenar a las fuerzas mozambiqueñas, que Borrell tiene previsto visitar el viernes (9 de septiembre).

La medida también se produce cuando Occidente intenta contrarrestar la influencia rusa y china en la nación del sur de África, tres años después de que la empresa militar privada rusa Wagner retirara la mayoría de sus fuerzas en la región tras una serie de derrotas a manos de militantes islamistas.

Proyectos energéticos amenazados

Mozambique ha estado lidiando con militantes vinculados al Estado Islámico en su provincia más septentrional de Cabo Delgado, rica en gas, desde 2017, cerca de proyectos de GNL por valor de miles de millones de dólares.

Una misión militar del sur de África y una intervención separada de tropas de Ruanda han logrado contener la propagación de los militantes desde que se desplegaron el año pasado.

Mozambique tiene las terceras mayores reservas probadas de gas de África, después de Nigeria y Argelia. La UE teme que, sin apoyo a las intervenciones militares, Mozambique pueda volver a perder el control de su intranquilo norte.

La escasez de energía debida a la guerra de Ucrania ha impulsado la lucha de Europa por el gas frente a la costa septentrional de Mozambique, donde las empresas petroleras occidentales planean construir una enorme terminal de gas natural licuado (GNL).