Francia planta la semilla de un plan de préstamo conjunto de la UE para absorber los efectos de las sanciones

Los líderes europeos subrayaron en la reunión informal del Consejo Europeo en París la necesidad de hacer que la economía europea sea más resistente y menos dependiente de las importaciones rusas, con el presidente francés Emmanuel Macron proponiendo un préstamo conjunto al estilo del Fondo de Recuperación a nivel de la UE.

Una nueva deuda común a nivel de la UE podría acelerar la futura soberanía europea y absorber las consecuencias económicas de la ruptura con Rusia, subrayó Macron.

Emmanuel Macron afirmó que los 27 países son «unánimes» en la necesidad de realizar inversiones masivas para lograr la soberanía europea en todos los ámbitos, resumió el jefe de Estado francés al término de una cumbre europea de dos días celebrada en el Castillo de Versalles.

Se necesitan inversiones en energía, defensa, materias primas y tecnologías para garantizar la soberanía europea, dijo Macron junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, repasando los numerosos sectores en los que los 27 deben aspirar a ser plenamente soberanos.

Michel también destacó la importancia de «consolidar nuestra base económica» y hacer que la economía europea sea «más robusta y resistente.»

Sin embargo, para lograr este objetivo «tendremos que financiar estas grandes estrategias en Europa», subrayó el presidente francés, añadiendo que Europa necesita «evitar cualquier fragmentación del mercado y de la deuda soberana europea».

«Podría tratarse de un mecanismo como el que se utilizó en la época de la pandemia», dijo, en referencia a la emisión de una deuda común de 750.000 millones de euros por parte de los Estados miembros para financiar la herramienta «Next Generation EU».

No obstante, sugirió que, aunque la opción esté sobre la mesa, se trata primero de «acordar los objetivos» antes de que «sigan los instrumentos».

Reducir las dependencias

El presidente francés ya ha advertido que la ruptura de los lazos con Moscú, o los que están en proceso de ruptura, no estaría exenta de repercusiones para las economías europeas.

La declaración final de la cumbre señaló varios ámbitos que actualmente se ven afectados por las sanciones y en los que habría que reducir las dependencias.

La fuerte dependencia de Europa de las importaciones energéticas rusas es uno de los temas principales de la agenda, ya que la UE importa actualmente de Rusia alrededor del 40% de su gas y el 45% de su carbón.

«En primer lugar, nuestro deber es seguir garantizando un suministro de energía fiable, seguro y asequible a los consumidores europeos», dijo von der Leyen, añadiendo que esto implicaría que Europa se deshiciera de su dependencia del gas ruso a medio plazo.

«A mediados de mayo presentaremos una propuesta para eliminar progresivamente nuestra dependencia del gas, el petróleo y el carbón rusos para 2027», añadió la Presidenta de la Comisión.

Sin embargo, la energía no es el único ámbito en el que los líderes de la UE se esfuerzan por reducir la dependencia y desvincular a Rusia de sus cadenas de valor.

Rusia es uno de los mayores mercados de importación europeos cuando se trata de materias primas como el níquel o el paladio, siendo este último especialmente importante para la industria de los chips, un sector especialmente importante para Alemania.

«Será una cuestión importante para el futuro, que hagamos todo lo posible para ser menos dependientes de las importaciones de materias primas, pero también en particular de las importaciones de materias primas de Rusia», dijo el canciller alemán Olaf Scholz en una conferencia de prensa tras la cumbre.

Otra área de dependencia es el suministro de alimentos, ya que el 22% de las importaciones de grano de la UE proceden de Rusia.

Tomando como ejemplo el gasto europeo en grano ruso, Macron subrayó que «Europa ya está desestabilizada por la guerra en este sentido» y que «lo estará aún más en 12 o 18 meses».

«Tenemos los medios para imponer sanciones, para sufrir eventualmente contra-sanciones y para proteger nuestras economías», dijo con optimismo.

Preguntado por el riesgo de que se produzca una nueva oleada de ira social debido al aumento de los precios, como el movimiento de protesta de los «chalecos amarillos» en Francia, subrayó que «el mercado mundial de productos básicos estaba dando lugar a un aumento de los precios antes de la guerra», señalando al mismo tiempo que «los gobiernos no están para asumir todos estos efectos inflacionistas».