Rusia elabora mapas punibles en violación de las «nuevas realidades territoriales

El gobierno de Rusia amplió su apoyo a una enmienda legislativa que clasificaría los mapas que cuestionan la «integridad territorial» oficial del país como material extremista punible, informó el domingo (8 de enero) la agencia de noticias estatal TASS.

La enmienda a la legislación rusa contra el extremismo estipula que «los documentos cartográficos y de otro tipo y las imágenes que cuestionen la integridad territorial de Rusia» serán clasificados como material extremista, informó la agencia.

La amplia y ambigua legislación rusa contra el extremismo -se aplica a organizaciones religiosas, periodistas y sus materiales, así como a la actividad de las empresas, entre otros- ha permitido al Kremlin estrechar el cerco sobre los opositores.

La nueva enmienda, informa TASS sin citar fuentes, surgió después de que sus autores señalaran que algunos mapas distribuidos en Rusia cuestionan la «pertenencia territorial» de la península de Crimea y las islas Kuriles.

Rusia se anexionó Crimea (Ucrania) en 2014, una medida rechazada por Ucrania y muchos países por considerarla ilegal. Desde entonces, los ucranianos y su Gobierno se han opuesto a menudo a que los mapas mundiales muestren Crimea como parte del territorio de Rusia.

El 30 de septiembre de 2022, Rusia se anexionó las regiones ucranianas de Luhansk, Donetsk, Zaporizhzhia y Kherson. Las anexiones se produjeron tras lo que la comunidad internacional denunció como falsos referendos organizados con escolta militar y denuncias de votantes retenidos a punta de pistola.

Desde entonces, Rusia ha pedido a Occidente que reconozca las nuevas «realidades territoriales», a pesar de que el ejército ruso es incapaz de controlar ninguna de las cuatro provincias.

Rusia y Japón no han puesto fin formalmente a las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial debido a su enfrentamiento por un grupo de islas situadas frente a Hokkaido, la isla más septentrional de Japón. La Unión Soviética se apoderó de esas islas -conocidas en Rusia como las Kuriles y en Japón como los Territorios del Norte- al final de la guerra.

La enmienda debe proponerse a la Duma Estatal, la cámara baja del Parlamento ruso, y tras una revisión pasar por tres lecturas. A continuación, se envía al Consejo de la Federación, la cámara alta, y al presidente Vladimir Putin para su firma.

Por otra parte, los políticos rusos empezaron a debatir el castigo para los rusos que se oponen a la guerra en Ucrania y que, como dijo el ex presidente ruso Dmitri Medvédev, «desean que su patria perezca».

Medvédev, uno de los aliados más francos de Putin, dijo que «en tiempos de guerra» hay reglas especiales que permiten tratar a los traidores.

«En tiempos de guerra, siempre ha habido reglas especiales de este tipo», dijo Medvédev en la aplicación de mensajería Telegram. «Y grupos silenciosos de personas impecablemente discretas que ejecutan eficazmente las reglas».

La retórica de Medvédev se ha vuelto cada vez más vitriólica desde que comenzó la guerra en Ucrania, aunque sus opiniones publicadas a veces coinciden con el pensamiento en los niveles superiores de la élite del Kremlin.