La vitamina del sol: la importancia de la vitamina D para niños y adultos

La vitamina D, también conocida como la vitamina del sol, desempeña un papel vital en nuestra salud. Ayuda a nuestro organismo a absorber el calcio, favorece el crecimiento óseo y refuerza nuestro sistema inmunitario. A pesar de la importancia de esta vitamina, su carencia sigue siendo un problema común en todo el mundo, que afecta a personas de todas las edades. En particular, los lactantes y los adultos corren un mayor riesgo de carencia, lo que puede provocar graves problemas de salud.

Un reciente estudio publicado en el Indian Pediatrics Journal ha arrojado luz sobre la importancia de la vitamina D para los lactantes en particular y la eficacia de la exposición a la luz solar frente a la administración de suplementos orales para prevenir la deficiencia de vitamina D en general.

El estudio concluyó que la exposición a la luz solar es una forma eficaz y segura de aumentar los niveles de vitamina D en los lactantes, especialmente en los que viven en regiones soleadas. Sin embargo, para los lactantes que viven en zonas con una exposición limitada a la luz solar, la suplementación oral puede ser una opción recomendable.

Fig. 1, GOYAL, ET AL.: Interacción entre la tasa de cumplimiento y el logaritmo natural de la concentración sérica de 25(OH)D del lactante a los 6 meses.

Pero la importancia de la vitamina D no se limita a los lactantes. Los adultos también necesitan suficiente vitamina D para gozar de una salud óptima. La vitamina D desempeña un papel crucial en la prevención de enfermedades crónicas, como la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y algunos tipos de cáncer. La carencia de vitamina D también se ha relacionado con la depresión y otros problemas de salud mental. A estudio publicado en el Journal of Investigative Dermatology descubrió que «la exposición moderada a la luz solar de forma regular es la mejor manera de optimizar los niveles de vitamina D en el cuerpo.»

La luz solar es la fuente más natural de vitamina D, ya que nuestro cuerpo puede producirla cuando se expone a ella. Sin embargo, varios factores pueden afectar a la cantidad de vitamina D producida, como la hora del día, la estación del año, la latitud y el color de la piel. También es importante no exponerse en exceso a la luz solar y arriesgarse a sufrir quemaduras, que luego pueden tener efectos negativos en la piel, como un mayor riesgo de cáncer de piel.

Además de la exposición a la luz solar, la vitamina D también puede obtenerse a través de fuentes dietéticas y suplementos. Los pescados grasos, las yemas de huevo y los productos lácteos enriquecidos son excelentes fuentes de vitamina D. Sin embargo, puede ser difícil obtener suficiente vitamina D sólo a través de la dieta, especialmente para aquellos que siguen una dieta vegana o vegetariana. Por lo tanto, los suplementos pueden ser una opción útil para las personas que corren riesgo de deficiencia, como los lactantes y los adultos que tienen una exposición al sol limitada o una ingesta alimentaria inadecuada.

En el caso de los adultos, el mejor momento para exponerse a la luz solar con el fin de obtener la mejor ingesta de vitamina D, según recomienda la Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE.UU., el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU.y el Organización Mundial de la Salud (OMS)es entre las 10.00 y las 15.00 horas, cuando los rayos solares son más intensos. Durante este periodo, el cuerpo puede producir vitamina D de forma más eficaz.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la exposición prolongada a la luz solar fuerte también puede aumentar el riesgo de daños en la piel y cáncer de piel. La cantidad de tiempo necesaria para una producción óptima de vitamina D varía en función de una serie de factores, como el tono de la piel, la edad y la ubicación geográfica.

Como regla general, los expertos recomiendan exponer la piel a la luz solar durante unos 10-30 minutos al día, al menos dos o tres veces por semana. Es importante tener en cuenta que esto debe hacerse sin protector solar, ya que éste puede bloquear los rayos UVB necesarios para la producción de vitamina D. Sin embargo, el Indian Pediatrics estudio recomienda que los lactantes se expongan a la luz solar durante al menos 30 minutos al día, idealmente por la mañana o a última hora de la tarde, cuando el índice UV es bajo. El estudio concluyó que una dosis diaria de 400 UI de vitamina D es suficiente para la mayoría de los lactantes.

En conclusión, la luz solar es una fuente natural y eficaz de vitamina D para personas de todas las edades, que es un nutriente esencial que desempeña un papel crucial en nuestra salud general. Como la estudio sugiere, «se debe animar a los bebés y a sus cuidadores a salir al sol siempre que sea posible». Además, los adultos pueden beneficiarse de una exposición regular a la luz solar para mantener unos niveles saludables de vitamina D.

Aunque los suplementos pueden ser una alternativa práctica, es posible que no sean tan eficaces como los auténticos. Como estudio concluye: «Las estrategias de salud pública que promueven la exposición a la luz solar para la suficiencia de vitamina D deben ser reconsideradas y enfatizadas para todas las edades, particularmente para los bebés y los niños.» Así pues,Aprovechemos al máximo el sol y disfrutemos de sus múltiples beneficios mientras nos mantenemos a salvo bajo su cálido abrazo.

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