El racismo antimusulmán suele pasarse por alto en Alemania

Muchos alemanes no consideran como tales los casos de racismo contra los musulmanes o quienes son percibidos como musulmanes, y los expertos advierten de que es necesaria una mayor concienciación pública y colmar las enormes lagunas de datos para atajar el problema.

Los musulmanes alemanes sufren discriminación en muchos ámbitos, como el mercado laboral y de la vivienda, la educación y la sanidad, según diversos estudios.

Sin embargo, los casos de racismo contra los musulmanes -y contra quienes son percibidos como musulmanes- suelen pasar desapercibidos, según muestra una investigación del Centro Alemán de Investigación sobre Integración y Migración (DeZIM).

Según un informe publicado por el centro este año, es menos probable que una situación determinada se juzgue racista si la persona afectada es musulmana: Ante diferentes situaciones hipotéticas, los encuestados tenían más probabilidades de detectar racismo si el texto se refería a personas negras o judías, en lugar de musulmanas.

«Esto podría deberse a la fuerte condena pública del antisemitismo y el racismo contra las personas negras, pero sobre todo a la conciencia histórica sobre el holocausto, el colonialismo y la esclavitud», concluye el informe.

Para Rima Hanano, directora de CLAIM, una ONG que lucha contra los sentimientos antimusulmanes, estos resultados demuestran que sigue habiendo una falta de concienciación sobre el racismo y la discriminación (percibida) que sufren los musulmanes en la sociedad alemana.

«Hace falta sensibilización, más información a todos los niveles, porque sencillamente no hay conciencia del problema en toda la sociedad», declaró a EURACTIV.

Un legado histórico

Y ello a pesar de que Alemania es uno de los países de la UE con mayor población musulmana, sólo superado por Francia. Según datos del Gobierno, en 2019 vivían en el país entre 5,3 y 5,6 millones de musulmanes, lo que suponía una proporción del 6-7% de la población.

El país mira hacia atrás con un legado histórico de «Gastarbeiter«, trabajadores extranjeros reclutados en Alemania Occidental durante el auge económico de las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. El mayor grupo de estos «trabajadores invitados» procedía de Turquía gracias a un acuerdo firmado por ambos gobiernos en 1961.

Aunque en un principio el gobierno de Bonn planeó que los trabajadores se quedaran un tiempo limitado y luego regresaran a su país de origen, esto resultó inviable y muchos se establecieron de forma permanente. Hoy, regiones como el Ruhr están conformadas por inmigrantes turcos y sus descendientes, muchos de los cuales tienen pasaporte alemán.

Desventajas en la educación y la vida profesional

Según el informe DeZIM, el racismo contra los musulmanes en la Alemania actual suele tener sus raíces en estereotipos ya existentes contra los trabajadores invitados, que ahora se reinterpretan vinculándolos a la religión y no a la nacionalidad.

Mientras tanto, los ejemplos de cómo el racismo, la discriminación y los estereotipos afectan a la vida de los musulmanes y de quienes son percibidos como tales son muy variados. «El racismo antimusulmán puede manifestarse como barreras estructurales, como discriminación legal, pero también como rechazo generalizado, hostilidad, violencia, etc.», subrayó Hanano.

En cuanto al mercado laboral, por ejemplo estudio de 2018 descubrió que quienes son percibidos como musulmanes por los reclutadores se enfrentan a desventajas «significativas» durante los procedimientos de solicitud y reciben menos devoluciones de llamadas tras una solicitud que quienes se consideran cristianos.

En un estudio de 2021 sobre la discriminación en las escuelas de Berlín, el 78% de las alumnas musulmanas afirmaron haber experimentado un trato desigual en comparación con sus compañeros, mientras que especialmente las chicas que llevaban pañuelo en la cabeza denunciaron reacciones negativas y comentarios despectivos incluso por parte del personal docente.

Abordar las raíces del problema

Aunque hay medidas políticas concretas que podrían ayudar a paliar cada uno de estos problemas -por ejemplo, procedimientos de solicitud anónimos para limitar la discriminación en el mercado laboral-, Hanano subrayó que el problema del racismo antimusulmán es más profundo y debe atajarse de raíz.

Como primer paso, se necesitan más y mejores datos sobre el tema para mejorar la concienciación pública y permitir la toma de decisiones políticas con conocimiento de causa, según el experto. «En general, lamentablemente, no existen datos significativos ni exhaustivos sobre la discriminación de los musulmanes y los musulmanes percibidos en Alemania», subrayó.

Al mismo tiempo, dijo Hanano, habrá que mejorar la prestación de asesoramiento y apoyo a los afectados y sus derechos legales. En la actualidad, los musulmanes tienden a ignorar los casos de discriminación y a no tomar medidas contra ellos con más frecuencia que otros grupos, otra Análisis DeZIM demostró.

«Necesitamosestructuras de asesoramiento para que las personas puedan obtener ayuda cuando sufren discriminación o agresiones, pero esto no basta. Paralelamente, es clave fortalecer a los afectados mediante una mejor legislación contra el racismo y la discriminación», explicó.

Un paso útil en esta dirección podría ser la reforma prevista por el gobierno de la ley alemana contra la discriminación, añadió Hanano, que -si se hace bien- podría facilitar a los afectados la denuncia de los casos de discriminación y hacer valer sus derechos.

Aunque el calendario de la reforma aún no está claro, el acuerdo de coalición del gobierno establece que la revisión debe «colmar lagunas, mejorar la protección jurídica y ampliar el ámbito de aplicación» de la ley.

Las organizaciones de la sociedad civil esperan nuevas normas ambiciosas que permitan exigir responsabilidades a los culpables de discriminación.

«Este aspecto es clave», subrayó Hanano.