El primer ministro finlandés Marin llama a la unidad ante la inminente crisis energética

La UE sobrevivirá al «chantaje de Rusia» sobre el suministro energético y al largo invierno que se avecina, pero sólo si consigue mantener «la unidad, la determinación y el coraje», advirtió el martes (13 de septiembre) la primera ministra finlandesa, Sanna Marin.

En su intervención en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, Marin evocó un panorama sombrío de los retos a los que se enfrenta actualmente el bloque, entre ellos el agravamiento de la crisis energética y el aumento de la inflación.

«Rusia puede desafiarnos, chantajearnos y amenazarnos, pero no cederemos», dijo Marin a los legisladores de la UE y a los funcionarios de la Comisión Europea, y añadió que «la unidad es necesaria ahora más que nunca, ya que Rusia utiliza la energía como arma contra Europa».

«Chantajear a nuestras sociedades a través del suministro de energía es una forma de erosionar el apoyo europeo a Ucrania y romper nuestra unidad; Putin no debe tener éxito en esto», añadió.

Al abordar la inminente crisis energética, el primer ministro finlandés dijo que la UE estaba pagando un «alto precio» por su dependencia de los combustibles rusos durante una década.

Sin embargo, a pesar de la pesadumbre, Marin dijo que «incluso en los momentos más oscuros hay esperanza», refiriéndose a la unidad que los 27 Estados miembros de la UE han mostrado desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero.

«Juntos, hemos respondido a la guerra de agresión de Rusia con amplias sanciones y proporcionando ayuda armada, financiera y humanitaria a Ucrania», dijo Marin.

«Ucrania ganará la guerra con nuestro apoyo. No hay otra alternativa. En nuestros corazones, los ucranianos ya la han ganado», añadió, subrayando que el bloque debe seguir apoyando al país.

«Por encima de todo, debemos seguir apoyando a Ucrania en todas sus formas y estar preparados para sanciones aún más duras. Cuanto más fuerte sea el efecto que logremos con las sanciones, más caro le resultará a Rusia continuar la guerra», dijo a los legisladores de la UE.

Desde que Rusia invadió Ucrania, la UE ha acordado varios paquetes de sanciones que incluyen la congelación de activos y la prohibición de visados a oligarcas y funcionarios rusos, el control de las exportaciones, la congelación de activos de los bancos centrales, la desconexión de los bancos del sistema de mensajería SWIFT y la prohibición de importar carbón y petróleo rusos.

Sin embargo, los diplomáticos de la UE admiten que actualmente no está previsto avanzar con más medidas, salvo el intento de cerrar las lagunas de los paquetes actuales.

Desde el comienzo de la guerra, Finlandia ha adoptado una línea cada vez más dura contra Moscú y ha iniciado un intento de ingresar en la OTAN, invirtiendo su tradición de neutralidad de décadas.

En las últimas semanas, Helsinki se unió a sus vecinos del Báltico y de Europa del Este para impulsar una amplia prohibición de visados para los ciudadanos rusos. Finlandia es uno de los pocos puntos de entrada clave para los rusos que cruzan a la UE.

«Las sanciones deben reflejarse en la vida cotidiana de los rusos de a pie», dijo Marin en Estrasburgo.

«No es justo que mientras Rusia mata civiles en Ucrania, los turistas rusos viajen libremente por Europa», añadió.

Se buscan reformas

Mirando más allá de la crisis actual, Marin también pidió reformas, pero dijo que no deberían requerir cambios en los tratados de la UE.

«Finlandia adopta un enfoque constructivo respecto al desarrollo de la UE. Nos tomamos en serio la voz de los ciudadanos y las nuevas propuestas surgidas de la Conferencia sobre el Futuro de Europa», dijo.

En su documento final, los ciudadanos pidieron un cambio de tratado para establecer una política exterior de la UE que pueda hacer frente a retos como la guerra de Ucrania.

Sin embargo, Marin señaló que «la apertura de acuerdos básicos en medio de la crisis sigue sin ser oportuna» y añadió que «nuestros ciudadanos no pidieron tanto cambios institucionales, sino reformas que respondan a los grandes retos de la humanidad y a sus preocupaciones cotidianas».

El objetivo de Finlandia sería «satisfacer estas necesidades dentro del marco actual».

Según los tratados actuales, la política exterior sigue siendo mayoritariamente competencia de los gobiernos nacionales, con raras excepciones.

Esto significa que, a nivel del Consejo, la unanimidad es la única forma de tomar una decisión sobre temas sensibles, como las sanciones.