El informe de la comisión COVID se enfrenta a críticas sobre la propiedad intelectual

Los legisladores de la UE compartieron una opinión globalmente positiva sobre el proyecto de informe final de la comisión especial del Parlamento Europeo sobre COVID-19 (COVI), pero algunos de ellos expresaron críticas sobre la parte relativa a los derechos de propiedad intelectual y el impacto social de la pandemia.

El informe final del comité especial COVI no tendrá valor legislativo, pero pretende extraer lecciones de la pandemia y establecer una serie de recomendaciones a los Estados miembros y a la Comisión Europea para reforzar la sanidad europea.

«Se cometieron errores, pero el papel de la UE fue crucial. Hemos conseguido salvar millones de vidas», declaró la eurodiputada de centro-derecha Dolors Montserrat antes de presentar su informe a los demás miembros de la comisión especial el martes 28 de febrero. Los demás eurodiputados tienen ahora hasta el 28 de marzo para presentar sus enmiendas al informe.

Los derechos de propiedad intelectual (PI) fueron uno de los puntos de fricción entre los eurodiputados de los diferentes grupos políticos de la comisión. La versión final del informe instaba a la UE a mantener su sistema de propiedad intelectual, que Montserrat calificó de «muy sólido».

«Sólo así fomentaremos la investigación en el sector de la salud en la UE», dijo, añadiendo que así se garantizará que la UE sea innovadora y líder mundial en este campo.

La renuncia a los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas, diagnósticos y terapias COVID, destinada a ayudar a los países pobres del mundo a fabricarlos, fue el centro de un acalorado debate en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El informe COVI hacía hincapié en la necesidad de ayudar a terceros países a desarrollar sus conocimientos técnicos y su capacidad para fabricar vacunas, pero esta opinión no era del gusto de todos.

Según la eurodiputada socialista italiana Alessandra Moretti, la cuestión de los derechos de propiedad intelectual va de la mano de la de la responsabilidad social de las empresas.

«Es necesario establecer una jerarquía de los intereses en juego», afirmó, añadiendo que para los Socialistas y Demócratas (S&D), la salud de las personas está por encima de los intereses económicos de las empresas farmacéuticas.

Para la eurodiputada verde Tilly Metz, la UE podría haber gestionado mejor la situación de los derechos de propiedad intelectual durante COVID-19. «El informe debe volver sobre la responsabilidad del sector farmacéutico durante la pandemia, y debemos construir una relación más equilibrada en el futuro», dijo.

Impacto económico y social

El informe destacaba el impacto de la pandemia en la vida económica y social de los ciudadanos europeos, afirmando que había sido catastrófica a varios niveles, especialmente en el mundo laboral, la salud mental y enfermedades como el cáncer, ya que los pacientes sufrieron retrasos en el diagnóstico.

Varios eurodiputados de otros grupos políticos afirmaron que el informe debería haberse centrado más en esos aspectos.

La liberal francesa Véronique Trillet-Lenoir señaló las dificultades experimentadas por los sectores del turismo, el transporte y la cultura, mientras que la socialista portuguesa Sara Cerdas recordó que los trabajadores sanitarios estaban agotados por los tres años de COVID y que sus salarios seguían siendo bajos.

Ambos argumentaron que el informe debería ir más allá del impacto sanitario de la crisis COVID y centrarse también en los daños colaterales.

El eurodiputado socialista Moretti advirtió de que grupos vulnerables como las personas sin hogar, los inmigrantes y el colectivo LGBTQI+, ya en dificultades antes de la crisis, se encontraban ahora en situaciones aún más precarias, alertando de una «pauperización de la sanidad pública».

Soberanía farmacéutica europea

Dado que Europa está sufriendo una escasez de medicamentos sin precedentes, el informe pide a la Comisión Europea y a los Estados miembros que promuevan más adquisiciones conjuntas europeas, como ha sido el caso de las vacunas COVID.

El informe también destacaba que más del 80% de los ingredientes farmacéuticos necesarios se importan de China e India.

La recién creada Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) debería desempeñar un papel clave, mejorando la capacidad de producción mediante la promoción de la industria farmacéutica europea y el fomento de las cadenas de suministro.

En enero, la Comisión pidió a la industria que produjera más medicamentos con mayor rapidez.

«Ya se han mantenido conversaciones con la industria y son conscientes de que tienen que acelerar la producción de estos medicamentos rápidamente», declaró entonces a EURACTIV la Comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides.

«Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a los Estados miembros y a la industria a afrontar este reto», añadió.

Investigación y desarrollo

El informe también aborda la investigación y el desarrollo (I+D), y Montserrat subraya la necesidad de contar con «una prósperaUna industria sanitaria europea que progrese con una comunidad investigadora competitiva».

Durante varios años, las empresas farmacéuticas han criticado la falta de financiación que la UE destina a I+D, advirtiendo de que esto podría provocar el declive farmacéutico de Europa, que ya se ve superada por Estados Unidos, India y China.

«Necesitamos una regulación, un sistema de incentivos que sea ambicioso, claro y moderno para los investigadores y las empresas farmacéuticas», dijo Montserrat.