Berlín respalda con cautela la petición ucraniana de utilizar los fondos rusos congelados

El gobierno alemán apoya el uso de los fondos rusos congelados -que ascienden a miles de millones de euros- para ayudar a Ucrania a reconstruirse, siempre que se resuelvan las cuestiones legales y la acción se lleve a cabo en colaboración con otros aliados.

En 2022, se espera que la economía de Ucrania se haya reducido en torno a un 32% tras la invasión rusa de febrero. Gran parte del país está en ruinas, y los políticos ucranianos llevan tiempo argumentando que los activos congelados del agresor deberían ayudarles a reconstruirlo.

El Gobierno del canciller Olaf Scholz apoya la demanda ucraniana de reparaciones de guerra, pero aún no se ha pronunciado oficialmente sobre la confiscación de los activos estatales rusos, Bloomberg informó, citando fuentes familiarizadas con las discusiones. La cuestión es compleja, y algunos miembros de la coalición gobernante están más convencidos que otros, añadieron.

Según se informa, la ministra de Asuntos Exteriores verde, Annalena Baerbock, aboga por medidas duras que incluyan la confiscación de al menos parte de los activos rusos congelados.

La UE ha congelado fondos por valor de 17.000 millones de euros a 90 ciudadanos rusos, 2.200 millones de los cuales se encuentran en Alemania, según declaró a finales de octubre el Comisario europeo de Justicia, Didier Reynders.

El verdadero premio, sin embargo, son los 300.000 millones de euros de reservas de divisas congeladas del banco central ruso. Reynders señaló que es «posible mantener estos 300.000 millones de euros como garantía hasta que Rusia participe voluntariamente en la reconstrucción de Ucrania».

Al parecer, el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, se muestra escéptico ante tales planes. Fuentes citadas por Bloomberg dicen que le preocupa que la confiscación de las reservas del banco central ruso cree un precedente peligroso y dé lugar a una complicada batalla legal.

Desde que comenzó la guerra, apenas se ha avanzado en el tratamiento de la riqueza congelada de Rusia. Los países beligerantes de Europa del Este y los países bálticos llevan tiempo pidiendo a sus socios que utilicen los activos congelados. El debate en curso en Berlín puede ser un empujón para estas conversaciones estancadas.

(Nikolaus J. Kurmayer EURACTIV.de)