El plan estratégico nacional de Francia para la Política Agrícola Común (PAC), presentado a la Comisión Europea a finales de 2021, da prioridad a la producción de legumbres, a los setos y a las plantaciones de agricultura de carbono. Mientras algunos lo consideran “aceptable”, otros lo ven como una “decepción estratégica nacional”. EURACTIV Francia informa.
Tras la luz verde de los eurodiputados a finales de noviembre, los países de la UE tenían hasta el 31 de diciembre para enviar a la Comisión sus hojas de ruta sobre la consecución de los objetivos de la futura PAC a nivel nacional, conocidos como planes estratégicos nacionales (PEN).
A diferencia de los nueve países que no cumplieron el plazo, Francia presentó su plan el 22 de diciembre.
Las prioridades de Francia
Las prioridades presentadas por el Ministerio de Agricultura incluyen el desarrollo de la producción de legumbres, la duplicación de las superficies de agricultura ecológica para 2027 y la creación de sinergias entre los cultivos y la ganadería.
Otra prioridad clave es el fomento de diversas prácticas agroecológicas a través del régimen ecológico, una ayuda condicionada diseñada para animar a los agricultores a adoptar prácticas respetuosas con el medio ambiente.
En cuanto a la transición “verde” de la agricultura, Francia quiere utilizar los recursos de la futura PAC para apoyar la diversificación de los cultivos y la plantación de setos para favorecer la biodiversidad y el almacenamiento de carbono.
También quiere preservar las praderas permanentes, que, según el ministerio, son indispensables para preservar los suelos y “regular el clima” mediante el secuestro de CO2.
Según el ministerio, Francia está “plenamente” de acuerdo con la voluntad de la UE de establecer una PAC que tenga como objetivo estabilizar las rentas agrícolas, garantizar el suministro de alimentos a los europeos a precios “razonables” y apoyar la transición agroecológica.
Sin embargo, al igual que durante la fase de presentación, las opciones estratégicas del ministro de Agricultura, Julien Denormadie, siguen generando reacciones encontradas.
“Equilibrio” frente a “inmovilidad”
El plan estratégico francés no responde a todas las preocupaciones del principal sindicato agrícola francés (FNSEA), pero es el “fruto de una larga negociación” y de un “consenso aceptable para nosotros”, declaró a EURACTIV Francia Arnaud Rousseau, vicepresidente primero de la FNSEA.
“Lo más importante para nosotros en la elaboración de este PNS era garantizar la sostenibilidad económica de las empresas agrícolas y, por tanto, la necesidad de acompañar la transición del mundo agrícola”, dijo Rousseau. El plan nacional de Francia establece un “equilibrio” entre este aspecto económico y la preservación de la biodiversidad, añadió.
Esta opinión no es compartida por Loïc Madeline, secretario nacional para la PAC de la Federación Nacional de Agricultura Ecológica (FNAB). “Para nosotros, este PNS es un plan estratégico nacional de engaño”, declaró a EURACTIV Francia.
Según él, la estrategia está marcada por el “inmovilismo” y el mantenimiento de un statu quo que va en contra de las ambiciones de transición de la agricultura en el marco más amplio del Green Deal europeo.
El eco-esquema divisivo
Según los agricultores ecológicos, el eco-esquema no es lo suficientemente ambicioso y se “diluirá” con la etiqueta de Alto Valor Ambiental (HVE), ya que la agricultura ecológica y la agricultura con etiqueta HVE serán igualmente recompensadas a pesar de que la agricultura ecológica es más exigente.
La autoridad medioambiental francesa dijo lo mismo en un dictamen publicado en octubre. “Este PNE está marcado por la continuidad con la PAC actual”, y no ha habido “ningún cambio significativo en los medios del PNE para responder a los grandes retos medioambientales”, dice el dictamen.
Para acceder a las ayudas del régimen ecológico, “el Ministerio de Agricultura propone basarse en parte en la certificación HVE, que beneficiará a más del 80% de los agricultores”, escribió la autoridad. Sin embargo, también advirtió que “como el pliego de condiciones de esta etiqueta no puede concluirse antes de que se envíe el expediente a la Comisión Europea a finales de 2021, el beneficio medioambiental previsto es aún desconocido.”
Dado que la remuneración del régimen ecológico es potencialmente “muy fácil de conseguir” para muchos agricultores, “no estamos avanzando en absoluto hacia un cambio de prácticas”, resumió también Madeline.
¿Transición o “sistema en desorden”?
Sin embargo, la FNSEA considera que el esquema ecológico requerirá “esfuerzos considerables”. Sin embargo, según Rousseau, la idea es permitir que el mayor número posible de agricultores se beneficie de estas ayudas. “Consideramos que lo importante es la trayectoria de la transición, no el modelo”, dijo.
La FNAB, por su parte, deseaver precisamente ese cambio de trayectoria. Según Madeline, Francia persigue una “estrategia, al amparo de la semántica, de salvar los muebles de un sistema en desorden.”
El PNS estaba “a la imagen de una agricultura que busca desesperadamente remedios para poder seguir en una trayectoria que nos lleva a la desaparición de las explotaciones y de la biodiversidad, y a una vulnerabilidad cada vez mayor”, añadió Madeline.
Una trayectoria que no será sostenible en el tiempo, según la secretaria nacional de la FNAB. “Durante la próxima reforma de la PAC [for the post-2027 period], habrá que hacer cambios imperativos”, añadió. Si no era demasiado tarde para cambiar de rumbo entonces, Francia habrá perdido la oportunidad de “tomar el rumbo” ahora y en las “condiciones adecuadas”, dijo Madeline.
En la FNSEA, las miradas se dirigen ahora al futuro próximo.
Para que los agricultores puedan aplicar la nueva PAC a partir del 1 de enero de 2023, “tenemos que conocer las reglas del juego a más tardar en julio”, según Rousseau. Lo más importante ahora sería que la Comisión Europea diera luz verde a la estrategia francesa lo antes posible para poder “solidificarla” antes del verano, añadió.